Caracol tenía problemas de identidad. Pero dime quien no los tendría si tu apodo es “Campeón” en honor a William Wallace. Hace unos meses cuando la familia donde residía pinto la casa, un Maestro descuidado dejo caer accidentalmente pintura sobre su caparazón, este hecho tan sencillo para nosotros cambio su vida para siempre.
Dejo de ser solo un caracol más en ese patio ingente, descuidado, alocado y fue reconocido como igual, como otro miembro más de esa familia extraña. Era una residencia donde los gatos al desplazarse por los pasillos explotaban su derecho de ceda el paso. So riesgo de causar heridos, o tropiezos en los seres aledaños, quienes no escatimaban esfuerzos por evitarlos. Donde una vez un pollo, con severos trastornos de comportamiento se empecinaba en empollar una camada de gatitos de tan solo 3 semanas. Y en donde él ahora tenía un lugar, al cual podía llamar hogar.
SH
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