Yo soy la voz que acompaña a los Ent y atormenta a sus enemigos durante el clamor de una batalla. La voz que escolta al lobo feroz, el mismo que lo obliga a fumar constantemente para mitigar el padecimiento que siente por su atormentada, fría y a la vez compleja amada.
El custodio de los sufíes del desierto en su búsqueda de sabiduría, el que ha guiado los caballos extraviados de más de alguno de tus héroes de infancia, orientándolos para encontrar un lugar seguro donde poder sanar o pernoctar de sus heridas…
Soy aquel que controla a los genios en sus botellas, el guardián de toda alfombra mágica, el amigo de las águilas y de todo aquel que busca conocimiento, arte, magia, astucia e incluso sabiduría.
Usualmente soy amigo de los magos y algunos brujos, pero como bien sabes, si debo elegir, prefiero a los tranquilos druidas, siempre silenciosos en sus islas neblinosas y a su cultura de pelirrojas mujeres aventureras. Adoro a los osados vikingos, que no pueden esperar envejecer lo suficiente antes de lanzarse a recorrer el mundo sobre el mar. Oh, el mar… pero que dama más bella, tan delicada, a veces impaciente e incluso belicosa, siempre apasionada y voluble a la luna, pero que cualidades tan inigualables si debo opinar…
Sí, lo sé. Tengo claro que me recuerdas. Estoy en los días de lluvia que tanto amas, en aquellos atardeceres en la playa, soy el que lleva hacia ti la brisa húmeda de tus anheladas cascadas, el que mueve el trigo para que sientas la vida crecer al caminar. Aquel que te ha prestado abrigo en las noches frías, aliviándote de los oscuros pensamientos que te afligían.
Sí, aquí estoy, nuevamente juntos Briar Rose. Tal como me pediste, me deslizo una vez más entre las rosas de esta torre, para traer noticias del exterior…
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