Dirigido a Usted Sr. Lector...

Estimado Sr. Lector, sea bienvenido a este pequeño reducto donde la fantasía, la literatura fantástica, inclusive la ciencia ficción aún persisten, negándose a desaparecer. Un lugar donde las letras usan la tecnología como su aliada, en Pro de evadir la apatía de los bomberos incendiarios de libros.
Saludos desde este bastión anclado en mi imaginación.



Capitulo 1 - Flores de Nomeolvides.


Seco los restos de tinta que aún se encontraban dispersos en el extremo inferior de la pluma, la levanto cuidadosamente y la dejo reposar en un costado de la mesa. Luego limpio sus ojos, que aún rebosaban de lagrimas, para luego buscar a su alrededor algo que hacer, siempre en silencio, mientras preparaba la cera del sello que haría  oficial su carta. Una vez despachada no habría vuelta atrás, sólo quedaría cumplir la palabra empeñada en aquellas pocas líneas que sellaban el fin de una larga etapa de su vida.
  
Cuando dejo los aposentos ya había despuntado el alba, hecho que indicaba la obligatoriedad de retornar a sus actividades cotidianas. Se dirigió a su recamara, lugar donde dejo pacientemente a sus mucamas hacer y deshacer con ella. Vestirla, lavarla, peinarla era parte de la dinámica diaria necesaria para convertirse nuevamente en una mujer de sociedad. Durante las horas previas al almuerzo dispuso el que hacer con los problemas de las cosechas, la venta de las mismas, la crianza de los nuevos caballos y la expansión de la caballerizas. Definió y reviso que las sirvientas hubieran prestado atención a sus deberes y converso con el ama de llaves acerca de los preparativos para la próxima velada. Sólo entonces despacho a su criado de mayor confianza con la encomienda de dirigirse fuera de la mansión, con tan solo un objetivo; Dirigirse al puerto, encontrar dentro de la flota a aquel que denominaban como  el embajador de oriente medio, para entregar en persona un pequeño paquete envuelto en un fino género semitransparente y de carácter delicado, junto a una carta lacada.

Horas más tarde aún sollozaría en su recamara cuando una pequeña joven entro a su habitación. La niña no aparentaba tener más de 5 o 6 años, vestía un sencillo pero elegante traje, había tocado la  puerta pero al no escuchar ninguna respuesta se decidió a entrar. Cuando vio a la mujer llorando en un costado de la cama, avanzo hacia ella y la abrazo en silencio.  Años más tarde al evocar el pasado, siempre recordaría la  tarde en que junto a su madre pasaron la tarde abrazadas, escuchando la extraña melodía de una hermosa cajita de música. 

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2 comentarios:

  1. Conmovedor.
    El sentimiento de pérdida, mas también el ofrecimiento de consuelo. Ámbos pueden sentirse con claridad.

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  2. Una prosa muy, muy atractiva, aunque tal vez un poco pesada y arrastrada para el lector no habituado.

    Llego aquí desde las destrozadas landas de mi amigo Felipe Real.

    Te invito a pasar por mis tierras. Son reinos hermanos. Un saludo,

    E.

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